Avui, remenant arxius, trobo un escrit de fa molts, molts anys. Sempre ens sorprenem a nosaltres mateixos, fins i tot quan l'oblit ha passat pàgina.
Hoy se rompió el silencio. Habilitando mi mundo, me despojé del sobresalto
para recuperar con afecto, quererme viva. Sentirme dominante de la palabra
cautiva. Como quien no debe nada y le adeudan todo, quise ser Lázaro que resucita. Paisaje
interrumpido. Te dejé sobre la mesa la cena fría. Piel menuda, mudada. Mi tierra
generosa donde dominaba el águila, acecho para paloma abatida, canción
arrepentida, estrofa monótona, aquella música de yunque, escultor de perdones,
perdones a tu medida, que esculpías sobre soles, sobre nubes negras arrepentidas. Cuánto
quise que me quisieras, compañero, sobre mi vida, más que a mi vida. ¡Hoy, no!
Me amo. Me amo vida. Acaricio mis cuarenta años buscando cauces dormidos que
despertarán preguntándose: dónde está el miedo. Tranquilo, mi amor, el coco se
ha ido. No me llevo nada. Te dejo hasta las arrugas prematuras, tristes
ancianas, no estarán a tono en mi nueva vida. Las de mañana nacerán riendo,
serán como siempre fueron: inteligentes, vivarachas, opinarán con derecho a
equivocarse, no pedirán permiso para aprender. Sólo los tiranos ególatras
nacieron sabiendo. Espero, así lo deseo,
que no me eches mucho de menos cuando al ahogar tu boca no bese mi boca.
Por mi parte cerraré la puerta, quemaré el recuerdo, pintaré joven la
esperanza, un cielo rosa de piel, a cielo abierto. Frágil olor de primavera,
pasos seguros, ritmo vestido de mujer, carne que se estremece, vive viva para
el amor, en mi cuerpo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada